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IMPRESIÓN DE DESTIERRO FUE LA PASADA PRIMAVERA
Fue la pasada primavera,
hace ahora casi un año,
En un salón del viejo Temple, en Londres,
Con viejos muebles. Las ventanas daban,
Tras edificios viejos, a lo lejos,
Entre la hierba el gris relámpago del río.
Todo era gris y estaba fatigado
Igual que el iris de una perla enferma.
Eran señores viejos, viejas damas,
En los sombreros plumas polvorientas;
Un susurro de voces allá por los rincones,
Junto a mesas con tulipanes amarillos,
Retratos de familia y teteras vacías.
La sombra que caía
Con un olor a gato,
Despertaba ruidos en cocinas.
Un hombre silencioso estaba
Cerca de mí. Veía
La sombra de su largo perfil algunas veces
Asomarse abstraído al borde de la taza,
Con la misma fatiga
Del muerto que volviera
Desde la tumba a una fiesta mundana.
En los labios de alguno,
Allá por los rincones
Donde los viejos juntos susurraban,
Densa como una lágrima cayendo,
Brotó de pronto una palabra: España.
Un cansancio sin nombre
Rodaba en mi cabeza.
Encendieron las luces. Nos marchamos.
Tras largas escaleras casi a oscuras
Me hallé luego en la calle,
Y mi lado, al volverme,
Vi otra vez a aquel hombre silencioso,
Que habló indistinto algo
Con acento extranjero,
Un acento de niño en voz envejecida.
Andando me seguía
Como si fuera solo bajo un peso invisible,
Arrastrando la losa de su tumba;
Mas luego se detuvo.
«¿España?», dijo. «Un nombre.
España ha muerto.» Había
Una súbita esquina en la calleja.
Le vi borrarse entre la sombra húmeda.
Introducción y contexto histórico
El poema pertenece al libro “Las nubes”, cuyo autor es Luis Cernuda, y se encuadra en la Generación del 27. Esta Generación surge como motivo del tercer centenario de la muerte de Góngora, celebrado en el Ateneo de Sevilla. Se puede hablar de tres etapas, la primera que se da hasta 1927, en la que destaca el modernismo, las vanguardias, la deshumanización y el clasicismo, otra desde el 1927 hasta la Guerra Civil, en la que destaca la rehumanización de la poesía, la política y los temas humanos, y por último, después de la Guerra Civil, en la que los poetas exiliados tratan el tema de la patria perdida.
Resumen y tema
Resumen: el autor encuadra el poema en su viaje de exilio a Londres en el que se encuentra en un salón del Viejo Temple, rodeado de viejos que trataban el tema de España. Entre ellos destacaba un silencioso hombre, que siguió al autor, al marchar este, para acabar desvaneciéndose al mismo tiempo que le decía que España había muerto y solo era un nombre.
Tema principal: dolor y nostalgia por el exilio y la muerte de España.
Estructuras
Estructura externa: el poema se compone de seis estrofas: la primera, segunda, cuarta y sexta están formadas por ocho versos y la tercera y quinta por siete. Se combinan versos de arte mayor con otros de arte menor, sin dejar un ritmo claro.
Estructura interna: se presentan tres partes:
- Primera: hace una descripción de Londres y su sociedad.
- Segunda: el tema de España es tratado por un grupo de viejos junto con la aparición de un silencioso hombre.
- Tercera: persecución del poeta por parte del hombre silencioso y afirmación de la muerte de España por parte de este último.
Comentario
El poema pertenece al libro “Las nubes”, cuyo autor es Luis Cernuda, perteneciente a la Generación del 27. Este poema se encuadra en el exilio de Cernuda a Londres, de ahí que este sea el tema principal junto con la añoranza de España y su decadente situación.
El autor, resalta esta temática en numerosos versos y hace una crítica sobre Londres:
Fue la pasada primavera,
hace ahora casi un año,
En un salón del viejo Temple, en Londres,
Con viejos muebles. Las ventanas daban,
Tras edificios viejos, a lo lejos,
Entre la hierba el gris relámpago del río.
Todo era gris y estaba fatigado
Igual que el iris de una perla enferma.
- Exilio.
- Crítica a Londres.
Como si fuera solo bajo un peso invisible,
Arrastrando la losa de su tumba;
Mas luego se detuvo.
«¿España?», dijo. «Un nombre.
España ha muerto.» Había
Una súbita esquina en la calleja.
Le vi borrarse entre la sombra húmeda.
- Se nombra España apareciendo un diálogo sobre ella en la que se resalta su muerte, su pérdida.
Todo es gris, triste y viejo, lo que hace referencia a la nostalgia.
Además el autor hace uso de la aparición del “yo lírico” en la voz poética con la intención del que el lector se identifique con ella.
Tras largas escaleras casi a oscuras
Me hallé luego en la calle,
Y mi lado, al volverme,
Vi otra vez a aquel hombre silencioso,
Que habló indistinto algo
Con acento extranjero,
Un acento de niño en voz envejecida.
Se pueden distinguir algunos aspectos simbólicos, el uso del término “las luces” que simboliza la esperanza, en este caso de la mejoría de la situación.
En los labios de alguno,
Allá por los rincones
Donde los viejos juntos susurraban,
Densa como una lágrima cayendo,
Brotó de pronto una palabra: España.
Un cansancio sin nombre
Rodaba en mi cabeza.
Encendieron las luces. Nos marchamos.
Se hace uso de fenómenos métricos como el encabalgamiento, utilizado para alterar el ritmo.
Un hombre silencioso estaba
Cerca de mí. Veía
La sombra de su largo perfil algunas veces
Asomarse abstraído al borde de la taza,
Con la misma fatiga
Del muerto que volviera
Desde la tumba a una fiesta mundana.
Además podemos encontrar una gran número de personificaciones, en la que se atribuyen cualidades humanas a aspectos que no lo son, utilizada para hacer una descripción más relevante.
“iris de una perla enferma”
“sombra que caía”
“España ha muerto”
“sombra húmeda”
Conclusión
Nos encontramos ante un poema tratado en la etapa de exilio de Luis Cernuda, en el que destaca la añoranza de la España Republicana.
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