El Realismo literario

Contexto histórico El Realismo 

El realismo nace en la segunda mitad del siglo XIX, alrededor de 1850 en Paris y veinte años después llega a España de la mano de Benito Pérez Galdós con “La Fontana de Oro” en una época llena de tensiones políticas.

EL realismo nace debido a los cambios que llegan con la revolución industrial y la revolución burguesa. Esta clase social se convierte en la dominante y se convierte en el foco de la literatura.

El siglo XIX fue un siglo muy convulso que empezó con la revolución francesa y acaba con el desastre del 98 pero, si nos centramos más en los años que ocupó este movimiento, podemos destacar las disputas entre liberales y conservadores en España que intentaban imponer su modelo sociopolítico aunque en vano. Alrededor de 1874, las disputas paran y parece que ganan los conservadores, no obstante, su modelo social no recoge las aspiraciones de las clases más populares. Además las clases más desfavorecidas se ven afectadas por los desequilibrios ocasionados por la revolución industria, el proletariado (un nuevo subgrupo de la clase baja) se vuelve la clase opuesta a la burguesía.

Qué es El Realismo literario

El realismo es un movimiento literario que surge en Europa en la segunda mitad del siglo XIX, más específicamente en Francia. Surge como un movimiento opuesto al anterior, el romanticismo, puesto que opinaban que éste no había contribuido a la mejora de la sociedad, así, al estar todos cansados del “arte por el arte” empezaron a hacer un análisis de la realidad, a estudiar comportamientos y, en resumen, representar un retrato objetivo de la realidad, de ahí su nombre, Realismo. 

Este movimiento se basa principalmente en la clase social más importante del momento: la burguesía. Los personajes van a ser burgueses y el paisaje y escenario van a ser los típicos de ellos. La literatura tendrá la función de enseñarles a los burgueses, les servirá de guía. Las obras se vuelven pragmáticas y útiles, que para la nueva clase social eran las características más importantes.

Naturalismo en El Realismo

El naturalismo es un movimiento filosófico que influyó como tendencia literaria. Su máximo representante fue Émile Zola, un escritor francés que tomaba a la literatura como campo de experimentación para describir los mecanismos que rigen nuestra conducta. Surge gracias a la influencia de distintas filosofías y movimientos, como la filosofía positivista de Comte, los métodos filosóficos de Bernanrd, y la teoría de la herencia de Darwin, pero, sobretodo, se basa en la filosofía determinista.

El naturalismo aplicado a la literatura postula que el ser humano está determinado por fuerzas naturales que no podemos controlar. Al igual que el realismo, busca una representación objetiva de la realidad pero el naturalismo opina que se deberían eliminar los valores éticos burgueses para alcanzar la verdadera objetividad. Al contrario que el realismo burgués, busca también representar clases sociales inferiores y es mucho menos descriptivo.

El naturalismo da un enfoque mucho más psicológico e impersonal a las obras, a la vez que un punto de vista más pesimista puesto que dice que el ser humano no puede escapar de las condiciones que guían su vida.

Positivismo y determinismo de El Realismo

Como ya he mencionado, el naturalismo estuvo muy influenciado por dos corrientes: el positivismo y el determinismo. El positivismo es una corriente filosófica que nace el Francia de la mano del filósofo Comte y que afirma que el único conocimiento válido era el científico, es decir, aquel que se puede probar por el método empírico.

Por su parte, el determinismo es un pensamiento filosófico que sostiene que todo está determinado por una cadena causa-consecuencia. Opina que la vida del ser humano está determinada por tres factores: el factor hereditario, la fisonomía y el entorno. En España, los más usados fueron el factor hereditario y, sobre todo, el entorno, pues se intentaba probar cómo, al cambiar el medio en el que se encuentra una persona, ésta cambia su forma de ser.

Características de El Realismo

El objetivo principal del realismo es contar lo que sucede, dónde sucede, por qué y a quién de la forma más objetiva posible para que aquellos a los que se destina (la burguesía) fueran capaces de sentirse identificados con la situación, juzgasen cómo resolverla y si lo que ocurría era correcto o no. Las características de este periodo giran todas en torno a este objetivo y, obviamente, la única forma de representar la realidad de la forma más veraz es siendo objetivo. No había ninguna valoración personal por parte del autor, querían que el único que hiciese las valoraciones y estimaciones necesarias y que considerase qué hacer en esa situación fuese el propio lector, por ello también abundan las descripciones.

De lo expuesto anteriormente, podemos deducir varias de las características del Realismo. Una de las más significativas de este movimiento es el pragmatismo. En este periodo la literatura debía ser útil, “servir para algo”, tenía que servir para lograr un bien común. En el Realismo consideraban que la literatura era útil si era didáctica, si servía para enseñar una serie de comportamientos. Buscaban enseñarles a los burgueses las situaciones a las que se podían enfrentar y que ellos decidiesen cuál era la mejor forma de actuar. Esta característica, el didactismo, ya la habíamos visto en otros movimientos anteriores como en el Neoclasicismo, pero no se da de la misma manera, ahora es mucho menos directiva ya que la literatura está mucho menos reglada, dejan al lector que juzgue y aprenda por su cuenta.

Como consecuencia directa del afán didáctico, vemos como aparece otra de las características de este movimiento, vemos como van a usar un lenguaje claro, no retórico, un lenguaje del día a día que no dificulte la comprensión del mensaje que intentan transmitir. Los realistas van a intentar reflejar el habla propia de los personajes, van a tratar de que exista una verosimilitud y así cada personaje va a hablar según su clase social. 

Por otra parte, vemos que dentro de la narración y en ese afán de querer ser lo más objetivos posible tendremos el descriptivismo, ya que pretendían ser los “notarios” de la época y reflejar todo tal cual era. Pensaban que debían reflejar todo lo que ocurría de una manera exhaustiva, con todo lujo de detalles. Por esta razón los autores van a utilizar numerosos adjetivos, algo propio de la descripción, pero que van a provocar en ocasiones un ritmo bastante más lento, menos dinámico. 

Como podemos ver, el intentar ser lo más objetivo posible era una obsesión por parte de los autores realistas. Debido a la característica del objetivismo, el estilo de la narración se ve afectado, el narrador pasa a estar en tercera persona (objetivista u omnisciente) pues el utilizado en el movimiento anterior, el de primera persona, era subjetivo. En su intento de ser cada vez más objetivos, más adelante se inventaron otras dos técnicas narrativas en las que se trataba de eliminar al narrador, una era el monólogo interior y otra era el estilo indirecto libre en donde se cuenta lo que el personaje dice y piensa sin un verbo de lengua de por medio. Por último dentro de las características generales tenemos la temática, se inspiraban en situaciones de la vida diaria, en la realidad, y dentro de esta se centraba en las crisis de fe y en los engaños en el matrimonio que eran los casos más usuales en la España del siglo XIX.

PERIODOS DEL REALISMO

Podemos dividir el periodo Realista en tres apartados: Prerrealismo, Realismo y Naturalismo. En el Prerrealismo ya empezamos a vislumbrar las características nombradas anteriormente, pero es verdad que los autores intentan presentar la realidad sin ser plenamente objetivos. En el Naturalismo podemos ver las mismas características del realismo pero  con importantes variaciones, aplicándole corrientes científicas y filosóficas. El Naturalismo intenta crear una ciencia que explique el comportamiento humano, se centra en la psicología de los personajes, ambienta las historias en medios hostiles y da a conocer las lacras sociales que degradan el comportamiento del individuo. Se expone a los personajes para comprobar cómo reaccionan en circunstancias extremas, la novela se va a convertir en un campo de experimentación. El Naturalismo fue un movimiento literario creado en Francia por Emile Zola y que estuvo muy influenciado por dos corrientes europeas: el determinismo y el positivismo.

La prosa de El Realismo

Hablar de Realismo es hablar de su prosa. Fue el género más utilizado debido  que era la mejor forma de reflejar la realidad. Todas las características nombradas anteriormente se van a ver reflejadas en este género. Con la prosa, los autores intentan representar la vida cotidiana del modo más objetivo posible. Trata temas con los que los burgueses se podía identificar, tales como la política, las crisis matrimoniales, de fe,… 

Las obras son muy objetivas y verosímiles, con el objetivo de que el lector pueda leer, identificarse y aprender de la situación que expone. Se utiliza un narrador en tercera persona (omnisciente u objetivista), aunque en su intento de ser lo más objetivos posible llegaron a inventar dos nuevas técnicas narrativas para incluir al lector en la historia y así facilitar el aprendizaje y que el lector se relacione más con la historia: el monólogo interior, en donde se representan los pensamientos del protagonista, y el estilo indirecto libre, donde no se utilizan verbos de habla para introducir lo que dice un personaje.

El lenguaje es sencillo y cotidiano para, una vez más, facilitar el aprendizaje.

TIPOS DE NOVELA

La prosa realista evoluciona desde las novelas costumbristas de Fernán Caballero (Cecilia Böhl de Faber). Al aplicarles el análisis psicológico nace un nuevo subgénero literario: las novelas de tesis. Además de las novelas de tesis, tendremos más variedad dependiendo de la corriente (conservadora o progresista). Unos se decantaban más por las costumbres populares de épocas pasadas (conservadores) donde destacan autores como Valera o José Maria de Pereda y otros por la denuncia social (progresistas) cuyo máximo exponente fue Benito Pérez Galdós.

COSTUMBRISMO

Dentro de la prosa debemos nombrar el Costumbrismo, una corriente que intenta reflejar la forma de vida del pueblo, sus costumbres. Esta corriente se relaciona con el cuadro de costumbres romántico, pero es diferente a este, ya que refleja un universo mucho más dinámico, cambiante, a diferencia del cuadro de costumbres que era más estático, basado en tópicos, en clichés.

Juan Valera

Juan Valera Novelista de El Realismo

Juan Valera fue un escritor realista que nace en Córdoba en 1824 y murió en 1905. Hijo de nobles, durante su vida realizó tareas diplomáticas en distintos lugares de Europa y América  por lo que aprendió varios idiomas y conoció bien la literatura de otros países. Su principal interés era la poesía pero destacó por su prosa.

Su principal obra fue Pepita Jiménez, que habla sobre un joven, don Luis, que quiere ser cura pero su tía lo manda primero con su padre, a un pueblo donde solo se habla de una joven, Pepita Jiménez, de la cual se enamora y crea un conflicto de intereses. 

Benito Pérez GaldósBenito Pérez Galdós novelista de El Realismo

Fue el máximo exponente del realismo en España. Fue académico de la RAE desde 1897 y llegó a ser propuesto premio nobel de literatura. Se apartó de la corriente romántica a favor del naturalismo y la aplicó un matiz psicológico a la prosa. Nació en La Palmas de Gran Canaria en 1843 y murió en Madrid. 

Su obra principal es Fortunata y Jacinta que cuenta la historia de Juanito Santa Cruz, un señorito que. por presiones familiares, se casa con su prima Jacinta, peor mantiene una relación con Fortunata.

Leopoldo Alas “Clarín” 

   Leopoldo AlasLeopoldo Alas Clarín novelista de El Realismo fue un autor que destaca por sus diversos artículos periodísticos. Nació en Zamora en 1852 y murió en Oviedo 49 años después. Fue escritor, jurista y Catedrático en la universidad de Zaragoza y, más tarde, en la de Oviedo. Criticaba en la prensa a muchos escritores contemporáneos.

La considerada la mejor de sus obras fue La Regenta. Ésta narra el conflicto moral de Ana Ozores, que está casado con un hombre mayor pero es pretendida por otros dos hombre: Álvaro Mesías y Fermín de Pas.

La poesía de El Realismo

La poesía es el género menos cultivado de este movimiento debido al rechazo que surge del romanticismo. La que más destaca es la post-romántica de Rosalía de Castro y de Bécquer pero, no obstante, aquella que si seguía el movimiento realista la podemos dividir en dos; la irónica, que se expresaba a través del lenguaje prosaico; y la ideológica que trataba temas filosóficos, religiosos y sociales que se expresan con un estilo retórico.

Los principales autores de poesía realista fueron:

Ramón de Campoamor

Ramón de Campoamor poeta de El RealismoFue un escritor que nació en Asturias en 1817 y murió a comienzos del siglo XX. Escribió a lo largo de su vida diversas obras de carácter filosófico, dramático e incluso de pretensiones épicas. Entre ellas destacan sus poemas como Doloras y Humoradas con los que buscaba romper con el romanticismo creando una poesía prosaica, simple, escéptica e incluso irónica.

Gaspar Núñez de Arce

Nació en Valladolid y fue gobernador de Barcelona y ministro de ultramar. Escribió poemas bastantes críticos cargados de filosofía y de política. En ellos abundan las descripciones, los temas religiosos, morales e históricos. Entre sus obras de poesía destaca Gritos del Combate.

El teatro de El Realismo

El teatro tampoco tiene mucha importancia, pero es algo más relevante que la poesía. En las obras se hacía una representación objetiva de la realidad y los autores se dedicaban a observar las costumbres y carácteres psicológicos para conseguirlo. Los temas eran cercanos a los espectadores (burgueses) para que se sintieran identificarlos al ver las obras. Entre los temas más usados destaca la crisis matrimonial y las crisis de fe.

El lenguaje utilizado era coloquial para que fuese más real y se utilizaban contrastes entre lo tradicional y lo campesino.

Algunos importantes dramaturgos fueron; José Echegaray, con su obra El loco Dios; Leopoldo Cano, con La Pasionaria; y Adelardo López de Ayala, que escribió El nuevo don Juan.

Por Almu CM

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