Contexto histórico y cultural

Luis Cernuda, nació en Sevilla, en 1902. Estudió Derecho en su ciudad natal bajo la dirección de Pedro Salinas, de quien fue discípulo y quien orientó sus primeros pasos como poeta. Perteneció a la denominada generación del 27. Murió en México en 1963, debido a su exilio, ya que era partidario del bando republicano.

En cuanto a su obra distinguimos tres etapas:

  1. Marca un itinerario que desembocó en una estrecha afinidad con los poetas surrealistas y vanguardistas, generación del 27.  Esta etapa, dio comienzo con “Perfil del aire” (1927) y “Égloga, elegía, oda” (1928).
  2. Logra su madurez con “Los placeres prohibidos” (1931).
  3. En sus volúmenes siguientes, sin embargo, se denota una originalidad unida al romanticismo europeo: “Donde habite el olvido” (1934).

Los títulos que aparecieron a partir de este momento, más los ya publicados, fueron engrosando su obra completa titulada “La realidad y el deseo” (1936).

 

La generación del 27 consiste en un grupo variado de escritores, compuesto por Pedro Salinas, Jorge Guillén, Gerardo Diego, Dámaso Alonso, Vicente Aleixandre, Federico García Lorca, Luis Cernuda y Rafael Alberti.
En general, esta generación hace una síntesis entre lo intelectual y lo sentimental, el arte para mayorías y para minorías, lo universal y lo español, la renovación y la tradición. Y por tanto en este sentido, cabe hablar de tres etapas:

  • Primera etapa (hasta 1927): se orientan hacia una “poesía pura”.
  • -Segunda etapa (1927-Guerra Civil): se inicia un proceso de rehumanización. Lo que supone la aparición de nuevos temas más humanos (amor, frustración, existencialismo, etc.) ligado al surrealismo.
  • Tercera etapa (1936): la muerte de Lorca supone la dispersión del grupo, partiendo la mayoría de ellos al exilio.     

 

Gaviotas en los parques

 

Dueña de los talleres, las fábricas, los bares,

Todas piedras oscuras bajo un cielo sombrío,

Silenciosa a la noche, los domingos devota,

Es la ciudad levítica que niega sus pecados.

 

El verde turbio de la hierba y los árboles                             

Interrumpe con parques los edificios uniformes,

Y en la naturaleza sin encanto, entre la lluvia,

Mira de pronto, penacho de locura, las gaviotas.

 

¿Por qué, teniendo alas, son huéspedes del humo,

El sucio arroyo, los puentes de madera de estos parques?   

Un viento de infortunio o una mano incosciente,

De los puertos nativos, tierra adentro las trajo.

 

Lejos quedó su nido de los mares, mecido por tormentas

De invierno, en calma luminosa los veranos.

Ahora su queja va, con el grito de almas en destierro.         

Quien con alas las hizo, el espacio les niega.

"Gaviotas en los parques

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