Se trata de un poema de Luis Cernuda, perteneciente a su época surrealista de Los placeres prohibidos (1931).
Telarañas cuelgan de la razón
En un paisaje de ceniza absorta;
Ha pasado el huracán de amor,
Ya ningún pájaro queda.
Tampoco ninguna hoja,
Todas van lejos, como gotas de agua
De un mar cuando se seca,
Cuando no hay ya lágrimas bastantes,
Porque alguien, cruel como un día de sol en primavera,
Con su sola presencia ha dividido en dos un cuerpo.
Ahora hace falta recoger los trozos de prudencia,
Aunque siempre nos falte alguno;
Recoger la vida vacía
Y caminar esperando que lentamente se llene,
Si es posible, otra vez, como antes,
De sueños desconocidos y deseos invisibles.
Tú nada sabes de ello,
Tú estás allá, cruel como el día;
El día, esa luz que abraza estrechamente un triste muro,
Un muro, ¿no comprendes?,
Un muro frente al cual estoy solo.
Tema y resumen
Tema:
Sentimiento desolador provocado por una persona amada, ajena al sufrimiento causado.
Resumen:
La voz poética expresa la soledad y pérdida de la razón que deja el vacío del amor, comparándolo con un paisaje. Sin embargo, muestra la esperanza y necesidad por la recuperación ante tal situación. Por último, termina acusando al culpable de la misma, que vive ajeno a lo que ha provocado dejándolo totalmente solo.
Estructura
Estructura externa
Estamos ante un poema formado por 4 estrofas, formadas cada una por un número irregular de versos: 4, 6, 6, 5. Asimismo, los versos siguen una métrica libre, siendo tanto de arte mayor ( hasta 18 sílabas), como de arte menor ( desde 7 sílabas).
La rima es libre, aunque hay algunas rimas asonantes como en el primer y tercer verso de la primera estrofa “razón/ amor”. También se pueden identificar algunas rimas consonantes no tan próximas “bastantes/ antes”, “vacía/día”.
Estructura interna
La primera parte corresponde a la primera y segunda estrofa. En estas expresa la soledad y vacío que siente la voz poética debido a un desamor. Ya ni siquiera es racional desde hace mucho tiempo porque el amor lo ha arrasado todo a su paso.
Lo hace de una manera simbólica, comparando su situación con un paisaje desolador.
Además define al día como cruel, debido a que cuando este comienza, todo vuelve a la realidad, se aprecia la crueldad que hay en lo que nos rodea de una manera clara y desgarradora.
La segunda parte coincide con la tercera estrofa, en la que muestra cierta esperanza. Podemos observar la necesidad de recuperación, de avanzar hacia delante y volver a tener ilusión como solía hacerlo antes. Con paciencia, debido a su dificultad, cree que se puede restaurar la situación.
La última parte y cuarta estrofa trata de una acusación al causante de tal dolor. Éste ignora el sufrimiento que ha provocado, está en otro lugar ajeno a la situación que ha creado. Destacamos que vuelve a hacer alusión al tópico del día cruel, que ya había introducido en la segunda estrofa. De esta manera, vuelve a reiterar la soledad frente a la que se encuentra.
Recursos literarios
Con el fin de embellecer el texto y darle un mayor entendimiento al mismo, la voz poética se sirve de diferentes recursos literarios. Gracias a ello construye un poema de gran simbología. Entre ellos podemos destacar:
- Comparación: “cruel como un día de sol en primavera”. Recurso semántico en el que establece una relación entre dos términos para hacer más fácil la comprensión del texto.
- Metáforas: “trozos de prudencia” “huracán del amor” o “vida vacía”. Recurso semántico que juega con el significado de las palabras, mezclando términos que en conjunto corresponden a la idea que se pretende expresar
- Hipérbaton: “ya ningún pájaro queda”. Recurso sintáctico que cambia el orden lógico de las palabras.
- Anáfora y paralelismo: Recurso sintáctico mediante el cual comienza los versos con las mismas palabras siguiendo el mismo orden sintáctico.
“Tú nada sabes de ello,
tú estás allá, cruel como el día.”
“un muro, ¿no comprendes?,
un muro frente al cual estoy solo”.
Conclusión
Con todo ello, Luis Cernuda, perteneciente a la Generación del 27, da vida a un poema de su época más surrealista. Forma parte de su libro Los placeres prohibidos , de 1931. En él, describe de manera simbólica el verdadero sufrimiento de soledad que produce el desamor, mediante un paisaje que lo refleja. Expresa la importancia de la que esperanza siempre permanezca, aunque se encuentre totalmente solo. Para ello se ayuda de numerosas metáforas y recursos literarios que además de crear un lenguaje más elaborado y bello, favorece el entendimiento del contenido que se intenta expresar.