Día a día somos participes de diversos ataques a mujeres, tantos verbales como físicos, que contribuyen al machismo vigente en el mundo. En lo que va de año van siete mujeres asesinadas a manos de sus parejas según datos ofrecidos por el Observatorio de Violencia de Género, máximo organismo español de defensa a la mujer.

Ante estos datos se ha ido generando un incipiente pensamiento por la lucha de la defensa de la mujer  que se suma al feminismo como uno de los principales objetivos de este.  La lucha feminista ha ido aumentando exponencialmente como uno de los principales movimientos de la actualidad, pero ¿qué defiende realmente el feminismo?

Las feministas (y digo «las» ya que según estas los hombres no pueden ser feministas), defienden la igualdad de derechos, en todos los ámbitos, del hombre y de la mujer. También, y sobretodo las más radicales, defienden ciertos hechos ajenos a esta igualdad como por ejemplo el derecho al aborto, la oposición ante la religión católica e incluso la  igualdad entre como los hombres pueden mostrar partes de su cuerpo desnudas y las mujeres no (el pecho en casi todos los casos).

Ser feminista no implica para una gran parte de la población femenina defender todos estos objetivos. No a todas las mujeres les parecen bien el aborto, no todas las mujeres están en contra de la religión católica y, por supuesto, no todas defienden defender sus derechos por medio de la provocación que supone echarse desnuda a la calle. La reivindicación de derechos no necesita de este tipo de objetivos, esta igualdad se defiende en el día a día, tratando a las mujeres por igual y no llamando guarra o puta a tus compañeras de género por llevar la falda a una altura que: «no te parece adecuada» o «te parece innecesaria».

También cabe dar lugar a las diversas manifestaciones que se han dado recientemente sobre todo con el motivo del ocho de marzo (Día internacional de la mujer). Con este motivo, mujeres y hombres de todo el mundo se han ido a la calle haciendo huelga y reclamando derechos de la mujer como la igualdad de salarios entre ambos géneros lo cual se sigue sin cumplir en muchos casos.

Huelgas, manifestaciones y todo tipos de mítines en contra de la desigualdad y la violencia de género es lo único que puede cambiar la situación actual y puede provocar el cambio ya que, como decía Rosa Luxemburgo: «Quienes no se mueven no notan sus cadenas». Todo esto siempre respetando a los demás y actuando con conciencia.

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