El estrés se presenta como “la suma de todas las partes” intra y extramuros, que de no saberlas canalizar, terminan agobiando de manera psicofísica y repercute en nuestra interacción social. Por mucho que digamos “estamos estresados” cuando hay cualquier presión, bien vale la pena entender con claridad qué es el estrés y cómo surge, porque no es sólo sentirlo, sino también curarlo lo que nos atañe.
Etimología del estrés
Tiene dos variables. En los predios de la arquitectura y de la física se refiere a la fuerza aplicada a un objeto, misma que puede deformarle o romperle. En psicología, se refiere a ciertos acontecimientos devenidos de situaciones que implican demandas fuertes (físicas, mentales, actitudinales, del sentimiento y su espiritualidad), las cuales pueden desgastar sus recursos para afrontarlas. En fin, lo qué es el estrés y cómo surge, implica que todo aquello no común o lo consuetudinario que socava y rompe el ánimo, cuerpo, concentración y hasta la cordura.
Desde los años cincuenta del siglo XX, al stress se le define como la reacción o respuesta del individuo a la cantidad de cosas que a él llegan y ha de afrentar y que le genera cambios fisiológicos, de conducta o reacciones emocionales no acordes con su personalidad o a lo que enfrenta.
¿Cómo surge el stress?
No existe una sola cosa, sino cientos distintas, quizá miles. En fin, muchas derivadas de condición social, economía, salud, estilo de vida, físico, actitud, entereza y ambiciones laborales, presión social, deseos de encajar o gustar, fuerza física, estudios e incluso la envidia o ganas de imitar a otros por encima de su propia personalidad y potencial.
De seguro con lo descrito, nos quedamos cortos. Pero podemos sintetizarlo más y ustedes compararlo con situaciones que se presentan como causas del estrés en sus vidas cotidianas:
- Surge de cualquier estímulo voluntario o involuntario que puede provocar una reacción de estrés.
- Puede surgir como interacción entre las características del estímulo y las actitudes naturales para afrontarlo por parte del individuo.
Qué es el estrés y cómo surge
Ya desglosados ambos puntos, toca unirlos en la consideración de que el estrés surge como consecuencia de una falta de equilibro entre las demandas del ambiente, aquellos elementos productores de estrés tanto internos como externos y los recursos disponibles del sujeto.
Vamos a ejemplificarlo: Va en un bus y una persona se le recuesta indiferentemente y eso le genera incomodidad y molestia, sin tener valor y palabras para decirle que está transgrediendo su espacio personal; ello le puede causar estrés en base a: El mal momento; los olores o sudor de dicha persona; zonas erógenas cerca de su cara; el miedo que le impide expresarse y le hacen sentir débil. Eso desencadena recuerdos de momentos débiles que le causan estrés por temor a no poder afrontar este tipo de situaciones o peores.
De esta manera, ha surgido –entre otros problemas psicológicos- un generador de estrés que no ha sabido equilibrar por no retroalimentar y fortalecer sus recuerdos personales.
Luego de saber qué es el estrés y cómo surge, ¿Cómo enfrentarlo?
Cada situación de vida es distinta y no podemos dar una solución a problemas que no conocemos. Pero sí podemos generalizar para crear planes o buscar ayuda a personas que realizan consultas de psicología online, como las de Hugo Filippe para así enfrentar a todas las variantes por igual, las que usted mutará y acoplará en el ínterin, al saber qué le está sucediendo.
- Nunca afronte ni confronte las situaciones o personas estresantes sin estar pensando en frío. Aléjese, relájese, enfoque sus palabras y retorne con mejores bríos.
- Ninguna situación remediable le ha de estresar; las irremediables, mucho menos. Vaya con la corriente.
- Ante cualquier tropiezo, sacudirse, levantarse y seguir.
- No sea autocomplaciente con sus decisiones; consulte a quienes saben.
- Desglosar, organizar, distribuir tareas y funciones, son válvulas de escape para todo aquello qué es el estrés y cómo surge.
- Las carreras contrarreloj no siempre son símbolo de excelencia. Una distribución real del tiempo, ayuda a la salud, concentración y logro de metas sin desesperos estresantes que de manera silente, pueden ir perjudicando la salud o cambiando nuestras actitudes y emociones, pudiendo perjudicar a quienes queremos.