Introducción
Un mito es una historia fantástica que intenta explicar de forma simbólica algún acontecimiento de gran importancia. De esta manera, para darle un sentido a la creación de la humanidad a partir de los dioses de su cultura, se extendió el mito del diluvio universal.
Muchas son las historias protagonizadas por un diluvio universal. A parte de la versión según la cultura griega, también podemos destacar el mito del diluvio mesopotámico, maya o chino.
El mito según la cultura griega
Todo comienza cuando Zeus descubre la maldad y el salvajismo al que puede llegar la humanidad. Esto se dio debido a su visita a Licaón. Este tuvo la desfachatez de servirle a Zeus en su primer plato las entrañas de Níctimo. En este momento, Zeus decidió que lo mejor era exterminar a los seres humanos de la faz de la Tierra. Al principio se planteó llevar a cabo su misión utilizando fuego, pero al ver que este podría extenderse y llegar hasta él, pensó que el agua sería lo más inteligente. Por lo tanto llama a todos los dioses, y les ordena destruir la Tierra. Nuestro planeta se encontraba ahora desbordada, las feroces aguas arrasando con todos los hombres y seres que habitaban allí entonces. Ni el más fuerte, veloz o listo podría salvarse de la catástrofe.
Sin embargo, anteriormente Prometeo había avisado a su hijo Deucalión de la inundación que iba a tener lugar. También le aconsejó que construyera un arca donde sobrevivir junto a su esposa Pirra.
Tras varios días, una paloma anunció a Deucalión el fin del diluvio en el monte Parnaso. Siendo las únicas personas a salvo, las aguas vuelven a su estado y con ello la desolación de ser los únicos sobrevivientes.
Preocupados por su destino, deciden consultar el horáculo de Delfos. La respuesta que recibieron les pareció algo desconcertante: “cubríos la cabeza y arrojad hacia atrás los huesos de vuestra madre”. Dando a entender que se refería a la Madre Tierra, interpretaron que sus huesos eran las piedras del suelo. De esta manera, siguieron las instrucciones que le fueron dadas, tirando hacia atrás las piedras. Todas las que tiraba Deucalión se convertían en nuevos hombres, mientras que aquellas que arrojaba Pirra se transformaban inmediatamente en mujeres. El resto de criaturas fueron surgiendo por sí mismas, unas nuevas y otras que ya existían antes.De esta manera la humanidad se vio renovada, por fin.