Deberes… ¿Sí o No?
Hoy en día, la mayoría de los profesores mandan deberes a casa a los niños de cualquier edad y curso académico para reforzar lo visto en clase. No obstante, la mayoría de las veces la cantidad que suma cada asignatura, no ayuda al aprendizaje.
Es cierto por un lado, que especialmente en los cursos de educación primaria, hacer deberes es la mejor táctica para tener aprendido todo cuando llega la hora de hacer controles. El cuaderno de ortografía y el de operaciones matemáticas en mi caso, eran algo que tenía que hacer todos los días. No por voluntad propia, pero sí por deber.
Así, la capacidad de aprendizaje y de memorización que se corresponden con las edades, son las siguientes: en Educación primaria (primer ciclo) se aprende a leer y escribir, en torno a los 6-7 años. En el segundo ciclo (8-9 años), comienza la etapa de memorización y aprendizaje que resulta la base para ser desarrollado más tarde durante los cursos sucesivos. En el tercer ciclo (a partir de los 10 años), comienza la etapa de desarrollo de habilidades y la asimilación de una inteligencia emocional y se reconoce la importancia de compartir valores y de sentirse comprendido. Seguidamente, Secundaria es una etapa de juventud en la que se aprende a pensar en abstracto y a plantear y razonar de forma hipotético-deductiva lo que permite una visualización más crítica de la realidad. Por último y no menos importante: Bachillerato. Destaca sobre todo la capacidad de tomar decisiones a partir de la elaboración del conocimiento de uno mismo, y de la decisión junto con la asimilación de la propia identidad.
Es por ello que la cantidad de deberes está directamente relacionado con la edad de aprendizaje. Es cierto que la práctica ayuda en cierta medida a la mejora de actividades, donde pueden destacar las matemáticas (desde la experiencia). Nunca me he quejado de hacer deberes de matemáticas, incluso pueden hacerse escuchando música y practicarlas como última asignatura para hacer en el día como modo de “relax”, tras haber estudiado una materia de gran densidad como es historia o lengua, ayuda.
Por tanto, nada quita que no se deban mandar deberes (ni mucho menos) pero siempre teniendo en cuenta las demás asignaturas, ya que muchas veces la cantidad provoca un cansancio y un agotamiento mayor lo que tenga como consecuencia principal lo siguiente: que no se hagan y se copien de un compañero al día siguiente, si es que tiene suerte y no se encontraba en su misma circunstancia.