Canción del oeste.

Jinete sin cabeza,

jinete como un niño buscando entre rastrojos

llaves recién cortadas,

víboras seductoras, desastres suntuosos,

navíos para tierra lentamente de carne,

de carne hasta morir igual que muere un hombre.

 

A lo lejos

una hoguera transforma en ceniza recuerdos,

noches como una sola estrella,

sangre extraviada por las venas un día,

furia color de amor,

amor color de olvido,

aptos ya solamente para triste buhardilla.

 

Lejos canta el oeste,

aquel oeste que las manos de antaño

creyeron apresar como el aire a la luna;

más la luna es madera, las manos se liquidan

gota a gota idénticas a lágrimas.

 

Olvidemos pues todo, incluso al mismo oeste;

olvidemos que un día las miradas de ahora

lucirán a la noche, como tantos amantes,

sobre el lejano oeste,

sobre amor más lejano.

 

Localización del poema.

Canción del oeste es un poema que se encuentra en el poemario titulado Un río, un amor, caracterizado por el tono surrealista de los poemas que lo constituyen. Este poemario esta constituido por poemas fechados en el 1929 por lo tanto son ajenos a los sucesos del 39 y todas sus repercusiones dentro de la poesía. Además, si seguimos los trabajos de literarios como Octavio Paz podemos clasificar Un río, un amor dentro de la etapa de Juventud del poeta.

Estructura del poema.

Este poema está compuesto por cuatro estrofas de métrica irregular con versos tanto heptasílabos como alejandrinos y sin poseer rima.

Contenido.

En tanto el contenido el poema los podemos dividir en 3 partes:

  • La primera de ellas comprendería la primera estrofa, en esta parte Cernuda nos introduce al poema y para ello nos presenta a un jinete sin cabeza que como un niño busca entre otras cosas llaves recién cortadas y víboras seductoras.

 

Jinete sin cabeza,

jinete como un niño buscando entre rastrojos

llaves recién cortadas,

víboras seductoras, desastres suntuosos,

navíos para tierra lentamente de carne,

de carne hasta morir igual que muere un hombre.

 

Como podemos observar Cernuda empieza con un pequeño juego, ya que tanto el jinete como las llaves que este busca presentan una mutilación. Además, podemos considerar que este lo compara con un niño ya que al perder la cabeza el jinete, este ya no posee la razón.

Luego una vez que la voz poética menciona a las víboras seductoras el resto de la estrofa adquiere un tono erótico que se ve intensificado con la adjetivación. (navíos para tierra lentamente de carne, desastres suntuosos).

En resumen, en esta primera parte vemos una búsqueda de lo erótico, que ha llevado a la perdida de la razón al jinete.

 

  • La segunda de ellas comprendería tanto la segunda como la tercera estrofa y esta comienza con una hoguera a la lejanía en referencia al ocaso

 

A lo lejos

una hoguera transforma en ceniza recuerdos,

noches como una sola estrella,

sangre extraviada por las venas un día,

furia color de amor,

amor color de olvido,

aptos ya solamente para triste buhardilla.

 

Lejos canta el oeste,

aquel oeste que las manos de antaño

creyeron apresar como el aire a la luna;

más la luna es madera, las manos se liquidan

gota a gota idénticas a lágrimas.

Lo primero que podemos observar es que el primer verso de esta segunda parte va a servir para introducir a cualquiera de las estrofas pues las dos nos hablan de la lejanía, en la primera la voz poética nos aleja de una hoguera que luego va identificar como una estrella de la que se van a “extraviar” los recuerdos y las noches hablando como del pasado.

Luego, en la tercera estrofa se reafirma la lejanía, pero esta vez del oeste que a través de las manos del pasado trata de apresar a la luna, en un intento que desemboca en fracaso por la naturaleza de la luna la que identifica la voz poética como aire puesto que la luna representa los deseos que no se alcanzan en el pasado, después en el presente la voz poética identifica a la luna como madera que destruyen a las manos del antaño una vez que estas la alcanzan

Esta segunda parte se puede resumir en el intento de la voz poética de alcanzar lo inalcanzable

 

  • La tercera parte correspondería con la cuarta estrofa, donde el autor realiza una exaltación del problema, la imposibilidad de alcanzar un deseo, que permanecerá en la lejanía.

 

Olvidemos pues todo, incluso al mismo oeste;

olvidemos que un día las miradas de ahora

lucirán a la noche, como tantos amantes,

sobre el lejano oeste,

sobre amor más lejano.

 

Por IgnacioBG

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